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Los doce puntos de la permacultura bibliotecaria
O cómo aplicar los principios de la permacultura en la biblioteca (03)
Principio 2. Capturar y almacenar energía
La energía es un elemento esencial para cualquier sistema, ya sea natural o social. Es aquello que lo alimenta, que lo mantiene funcionando. Existen entradas y salidas de energía, que pueden asumir diferentes formas, tanto tangibles como intangibles. Al mismo tiempo, tal energía puede capturarse y almacenarse a través de diferentes mecanismos y de diversas maneras, con distintos fines y resultados.
En el caso de un sistema natural, una de las principales fuentes energéticas es la luz solar. En el de uno social, es la información. Ambas ponen en movimiento una amplia serie de procesos ―por ejemplo, la fotosíntesis, o la construcción de identidades― que llevan a mantener activo el sistema, a su reproducción y a la generación de productos, los cuales pueden ser considerados como salidas de energía (y como entradas de otro sistema diferente, pues todos los sistemas forman un denso tejido interconectado).
La permacultura señala la imperiosa necesidad de ser (o volverse) hábil para hacer el mejor uso posible de la energía, sea cual sea su forma. En particular, es preciso aprender a capturar elementos imprescindibles en los momentos de abundancia para poder aprovecharlos durante los periodos de escasez, los cuales, por lo general, suelen ser mucho más largos (y habituales).
En el caso particular de los espacios y servicios bibliotecarios, este principio no señala solo la gastada necesidad "verde" de convertir la biblioteca en un edificio energéticamente sostenible (es decir, que gestione apropiadamente el calor y convierta la energía solar en eléctrica, y que distribuya y procese el agua y los residuos, entre otros puntos). Se trata de extender tal aspecto de la permacultura a todos los procesos bibliotecarios: la adquisición, la organización y el almacenamiento apropiado de la información, el descarte (si es posible o necesario), la gestión de recursos humanos, el trabajo con la comunidad... Es necesario optimizar esos procesos para hacer el mejor uso posible de recursos que, como queda dicho en el punto anterior, son escasos (y lo serán cada vez más).
La realidad bibliotecológica latinoamericana, eternamente plagada de huecos y carencias, pone en evidencia la imperiosa urgencia de pensar los procesos desde la perspectiva de la permacultura. En ese sentido, gestionar las entradas y salidas de energía es esencial, sobre todo haciéndolo desde un punto de vista innovador ― entendido como "solucionar los problemas y los desafíos con lo que se tiene a mano (pues no se tiene ni se tendrá nada más)", y no como "utilizar las novedades del mercado (sobre todo cuando se tiene un excelente presupuesto) y los trending topic de moda".
Yendo un paso más allá, existe un fuerte aspecto social, generalmente ignorado, en la gestión de la energía bibliotecaria. Un aspecto político, si se quiere, que debe ser abordado y tenido en cuenta desde los primeros momentos de la planificación bibliotecológica. ¿Qué recursos existen para esa biblioteca, que necesidades deben cubrir, cuánto tiempo durarán tales (escasos) recursos? ¿Se busca responder a las características y problemas de la comunidad de usuarios, o simplemente cumplir un desvencijado plan oficial y un discurso ganador? ¿Se está pensando a largo plazo? ¿Los proyectos están anclados al territorio y a la identidad local, o vienen de fuera, como parte de una tendencia que es ajena a las búsquedas, las ideas, las creencias y las tradiciones del lugar? La entrada de energía, su gestión y su salida ¿son realmente necesarias en esas formas?
En la agricultura moderna se gastan toneladas de recursos (tierra, agua, fertilizantes) para obtener unos resultados limitados que no siempre responden a las necesidades de los territorios en donde esa agricultura tiene lugar. Pueden establecerse innumerables paralelos entre esa imagen y la de muchas bibliotecas en América Latina: paralelos cuyo análisis pueden desembocar en debates sobre posiciones colonizadoras, entre otras. Este principio de la permacultura debería alimentar la reflexión crítica y la discusión sobre la gestión sobre el manejo de los recursos (la "captura" de los mismos, su almacenamiento y uso) desde una perspectiva de "sostenibilidad" no solo ambiental, sino también social.
Acerca de la entrada
Texto: Edgardo Civallero.
Fecha de publicación: 02.05.2023.
Foto: "¿Qué es la permacultura?". En Permacultura-priorat [enlace].